martes, 9 de marzo de 2010

La Pintura Románica

La Pintura Románica


La pintura del románico tiene sus antecedentes en pintura y mosaicos bizantinos, tomando como base la pintura del prerrománico de cada país, sobre todo las miniaturas prerrománicas.


Al igual que la escultura, la pintura además de una función decorativa, tiene una función predominantemente didáctica ya que su función es transmitir el mensaje cristiano a un pueblo casi analfabeto, que puede leer en los muros el mensaje que se le quiere transmitir, por eso ha de tener una gran fuerza expresiva.


Los lugares donde se plasmó el arte de la pintura durante el románico fueron:
La pintura mural: Los muros y ábsides de las iglesias, donde se desarrolla la pintura mural al fresco. Se basaba en la preparación de la pintura a base de pigmentos coloreados diluidos en agua de cal. Este tipo de pintura se aplicaba sobre la superficie mural a la que previamente se había añadido una capa de enlucido para alisarla (yeso, estuco...). La aplicación se hacía cuando el enlucido estaba aún húmedo. Al secarse, el conjunto adquiría gran dureza y resistencia.


La pintura sobre tabla: Decoraba principalmente frontales de altares y pequeños retablos. A diferencia de la pintura mural al fresco, se utilizaba la técnica del temple sobre madera recubierta de estuco. Se utilizó el pan de oro para revestir los fondos.

Los libros y Códices, donde se realizaban las miniaturas. Esta pintura tenía una función más decorativa, pues al ir destinada a la a ilustración de libros (Biblias, Beatos, Codices, Libros de Horas, etc) estaba dirigida a gente que sabia leer y por tanto no tenia la función de enseñar. Es en estos libros donde el artista goza de una mayor iniciativa en la realización de las obras y temas. Para su realización se utilizaba la pintura aguada o acuarela



Las características generales de la pintura románica son:
- Antinaturalismo, el artista románico prefiere plasmar vivencias religiosas antes que reproducir formas reales. Hay una ausencia total de paisaje y en las representaciones se utilizan elementos convencionales. Es una pintura simbólica.
- Claro poder expresivo, destaca lo expresivo frente a la belleza de las formas.

- El dibujo tiene un gran poder en la construcción de formas. Las siluetas se remarcan con un grueso trazo negro o rojo como marco de la zona a colorear.

- El color suele ser plano, sin mezclas ni tonalidades, pues a lo sumo se utilizan dos o tres tonalidades. Se prefiere el plano cromático amplio, en el que se obtienen efectos violentos y con el que se expresa el simbolismo medieval. Suelen utilizarse colores fuertes dado que las pinturas en el interior de las iglesias han de ser vistas con poca luz, y se utiliza una escasa gama de colores.


- Carencia de profundidad. Las figuras se disponen en posturas paralelas a manera de relleno de un plano y resaltan sobre un fondo monocromo o listado en franjas horizontales de diversos tonos. Al no proceder a la mezcla de colores la luz no crea volúmenes, no hay profundidad, es una pintura plana y bidimensional, sin perspectiva





- En la composición, las figuras se presentan yuxtapuestas y frontales rellenando el plano. Se acentúa el poder expresivo frente a la belleza de las formas, las figuras son hieráticas, sin movimiento, presentando desproporciones en su anatomía, con un canon alargado y muy estilizado. No existe comunicación entre las distintas figuras, que no empiezan a relacionarse hasta finales del siglo XII



Temática:

- En los ábsides, suele representarse el Pantocrátor o Cristo en Majestad, dentro de la mandarla o almendra mística rodeado por el Tetramorfos (representación de los cuatro evangelistas con sus símbolos), ángeles o santos.


También se utiliza el tama de La Virgen Quiriotisa, como Trono del Señor, generalmente recibiendo las ofrendas de los Reyes Magos.

- En los muros, suelen representarse los Apóstoles, escenas de la vida de los santos y otras escenas bíblicas. También pueden aparecer temas profanos, como cacerías, caballeros, etc.


- Tablas de los Altares

Generalmente las tablas de los altares estaban divididas en tres calles verticales:
- En la central se solía representar el Pantocrátor, la Virgen o el Santo Titular;
- En las laterales escenas de la vida de santos, pasajes de la biblia, etc.







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